About half a year ago I wrote about the way my perception of reality had been modified by experiencing a Dan Flavin sculpture in Italy, and about the power that art alone has for improving our lives in this manner. My perception of the art of painting was modified in a similar way when I came across an exhibition that included some large canvases that Willem de Kooning painted during his last period of activity in the 1980′s, when he was beginning to be affected by Alzheimer’s disease.
De Kooning was the first Abstract Expressionist that I became interested in, the recognizable figures in his earlier and most famous works making this kind of painting accessible for me as I struggled with abstraction in my youth. But in his later, and not so justly assessed, works de Kooning converted the more expressionistic aspects of his paintings into a graphic lyricism reminiscent of music and prophetic of things to come in the art of younger painters. These paintings made me understand the capacity of a few brush strokes for gripping you if they are placed in the right place, and taught me to look for these brush strokes in any painting worth taking seriously.
Willem de Kooning in his Long Island studio / Willem de Kooning en su estudio de Long Island
Image: www.countersrantsandblather1.blogspot.com
Hace cosa de medio año escribí sobre el modo en que mi percepción de la realidad se había visto modificada tras un encuentro con una escultura de Dan Flavin en Italia, y sobre el poder exclusivo que tiene el arte para mejorar nuestras vidas de esta manera. Mi percepción del arte de la pintura se vio modificada de un modo similar cuando me crucé con una exposición que comprendía lienzos de gran formato pintados por Willem de Kooning durante su último periodo de actividad durante los años ochenta, cuando empezaba a verse afectado por la enfermedad de Alzheimer.
De Kooning fue el primer expresionista abstracto por el que me interesé, supongo por que las figuras reconocibles que incluían sus pinturas más conocidas lo hacían más asequible para un joven que luchaba por entrar en la abstracción. Pero en sus obras últimas, e injustamente despreciadas, De Kooning convirtió los aspectos más expresionistas de sus pinturas en un lirismo gráfico reminiscente de lo musical y profético de cosas que estaban por venir en el arte de pintores más jóvenes. Estas pinturas me hicieron entender la capacidad de agarre que pueden tener unos pocos brochazos si están colocados en el lugar exacto, y me enseñaron a buscar esos brochazos en cualquier pintura que mereciese ser tomada en serio.
Willem de Kooning, Untitled, 1988. Image: www.artblogbybob.blogspot.com
3 comments
Sebastian Saavedra says:
nov 10, 2013
Me encanta de Kooning. En mi caso, el primer expresionista abstracto estadounidense que conocí fue Pollock, en la facultad, de Kooning lo conocí casi a la par rebuscando en la biblioteca ( también en la facultad ) pero no me fue presentado en las aulas con tanta aura como se me presento a Pollock. Sin embargo, me atrapo al instante porque tiene eso que a mi me gusta que es ese modo de entrarte poco a poco y cada vez mas profundo. Me interesa mucho lo que has señalado de que si unos pocos brochazos están colocados en el lugar exacto… Totalmente de acuerdo! He naufragado cientos de veces tratando de sintetizar imágenes a pocos trazos. Y siempre que miro imágenes de los cuadros de de Kooning siento una sonrisa irónica!! Como diciendo: no es tan fácil eh!. Un libro muy interesante es: <>, Sally Yard. No se si lo conoces?
Sebastian Saavedra says:
nov 10, 2013
El libro se llama: Willem de Kooning obras/escritos/entrevistas de Sally Yard.
Simon Zabell says:
nov 11, 2013
No lo conocía el libro, Sebastián, muchas gracias, ya tengo deberes que hacer