More on Dutch painting. A friend that I haven’t seen for a long time had all these theories about Mondrian that he’d give me a hard time with every time I came across him at an exhibition opening. He would rant on all excited about the national character of the Dutch and how it underlies all of Mondrian’s art, and the flatness of Holland’s landscape and its presence in the artists’ use of only horizontal and vertical lines until “the bastard retracted himself and used a diagonal”… I sometimes had the feeling you could almost program a computer to generate parallelisms between Mondrian and Dutchness.
The thing is that this morning I was looking at some of those Dutch paintings of interiors of protestant churches and they kept reminding me of paintings by Mondrian like Composition number 10, where reality is boiled down to almost nothing. Just an empty canvas with some crosses on it, like a protestant church decorated with nothing but crosses to avoid any temptation of idolatry.
Piet Mondrian, Composition n. 10, 1915. Image: www.pubhist.com
Pieter Saenredam, Nave of the Buurkerk, Utrecht, 1654. Image: www.pubhist.com
Algo más sobre pintura holandesa. Un amigo que hace años que no veo tenía todo tipo de teorías sobre Mondrian con las que me daba la paliza cada vez que me lo encontraba en la inauguración de alguna exposición. Vociferaba todo alterado sobre el carácter nacional de los holandeses y el modo en que subyace a todo el arte de Mondrian, y la lisura del paisaje de Holanda y su presencia en el uso exclusivo de la horizontal y la vertical por parte del artista hasta que “se desdijo como cabrón y empezó a usar la diagonal”… a veces tenía la sensación de que casi se podría programar a un ordenador para que generara paralelismos entre Mondrian y lo holandés.
La cosa es que esta mañana miraba unas de esas pinturas holandesas de interiores de iglesias protestantes y me recordaban todo el tiempo pinturas de Mondrian del tipo Composición número 10, donde la realidad se ha reducido casi hasta la nada. Solo un lienzo en blanco con un puñado de cruces, como una iglesia protestante decorado solo con cruces para evitar cualquier tentación de idolatría.