On January 26, 1936, Joseph Stalin, who had decided to take an interest in Soviet opera, attended a performance of Shostakovich’s Lady Macbeth of the Mtsensk District at the Bolshoi Theatre in Moscow. The composer was instructed to attend, which he did in a state of utter panic, and two days later the worst of his fears materialised; as Alex Ross states in his book The Rest is Noise, “one of the great nightmares of twentieth-century cultural history began”: Instructed by Stalin, the official Communist Party newspaper Pravda dedicated its editorial to the opera under the title Muddle Instead of Music, where Shostakovich’s work was described as “morally obscene” and Shostakovich himself warned that the game he was playing “may end very badly”, a bad ending of course meaning gulags or execution.
Shostakovich was finishing his Fourth Symphony at the time, which he was forced to withdraw after having rehearsed it, and when his much more digestible Fifth Symphony was unveiled in 1937 the composer published an article describing it as an apology for Lady Macbeth, which Stalin had considered to be Western and against Soviet values.
What I find fascinating about all this is the importance given by the dictator and the Regime to music, with Stalin taking the time to assist musical events and instruct the official media to dictate according to his personal taste or interpretation of the music (in the name of the people of course!). If Stalin bothered to do this he must have considered music as having the power to influence people and politics… I can’t imagine anything more distant from the consideration art has today.
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Image: www.wqxr.org
El 26 de enero de 1936, Joseph Stalin, quien había decidido interesarse por la ópera soviética, asistió a una interpretación de Lady Macbeth de Mtsensk de Shostakovich en el Teatro Bolshoi de Moscú. El compositor había recibido instrucciones de asistir, cosa que hizo en un estado de profundo pánico, y dos días más tarde se materializaron sus peores temores; como cuenta Alex Ross en su libro El ruido eterno, “comenzó una de las grandes pesadillas de la historia cultural del siglo veinte”: Siguiendo instrucciones de Stalin, Pravda, el diario oficial del Partido Comunista dedicó su editorial a esta ópera bajo el título Caos en vez de música, donde el trabajo de Shostakovich se describía como “moralmente obsceno” y se lanzaba un aviso de que el juego al que el compositor jugaba podría “acabar muy mal”; un mal final que podía acabar en gulag o ejecución.
Shostakovich estaba por entonces acabando su Cuarta Sinfonía, la cual tuvo que retirar después de haberse ensayado, y cuando se presentó su más digerible Quinta Sinfonía en 1937 el compositor publicó un artículo en el que la describía como una disculpa por Lady Macbeth, que había sido considerada por Stalin como occidental y contraria a los valores soviéticos.
Lo que encuentro fascinante de todo esto es la importancia que otorgaban el dictador y el Régimen a la música, con Stalin invirtiendo su tiempo en asistir a eventos musicales e instruir a los medios oficiales para que dictaminasen de acuerdo con su gusto personal o su interpretación de la música (¡Todo en nombre del pueblo por supuesto!). Si Stalin se tomaba tales molestias debía considerar que la música tenía poder para influenciar a la gente y la política… No se me ocurre nada más alejado de la consideración que el arte tiene hoy.
El ruido eterno, escuchar al siglo XX a través de su música, el fascinante libro de Alex Ross se puede comprar aquí.
5 comments
Sebastian Saavedra says:
nov 3, 2013
Efectivamente! Por lo menos se me ocurre, que sabia de la importancia de los medios de masa para controlar al pueblo y la música, como mucho arte, esta es para las masas. Pobre autor, pobre pueblo, pobre música, pobre cultura, pobre arte… Es bastante sospechoso ese desinterés por parte del poder en acercar el arte ( en cualquiera de sus formas ) al pueblo, e instaurar esa idea de que no es para el pueblo, que mas bien eso es cosa de elites o por otro lado la idea de que es entretenimiento y consumo, para un momento determinado ( pienso en esa cultura del Hit del momento ). Pero, muy pocas veces hablan del poder transformador del arte salvo, desde un punto de vista histórico ( en un sentido trasnochado, que no se lleva, que hoy no funciona ).Todavía siguen haciendo creer a la gente que es mas importante la disciplina de las matemáticas, por ejemplo!. Cuando quizá el arte sea el motor transformador de toda la historia de la humanidad desde la prehistoria, porque como si no la ingeniería y como no las matemáticas. Bueno, ya lo dejo que se me ve la vena artística,jejeje!!! gracias por la entrada Simon!!!
Simon Zabell says:
nov 7, 2013
No podría estar más de acuerdo Sebastián. A mi también me parece sospechoso la voluntad que ha habido por alejar el arte de calidad del público general por parte del poder. Lo de Stalin me parece muy llamativo en el sentido de que una de las personas más poderosas del mundo se tome la molestia de seguir de cerca a alguien que se expresa en el lenguaje musical, que es mayormente abstracto al fin y al cabo
Sebastian Saavedra says:
nov 9, 2013
Tienes toda la razón!! Es muy llamativo. Ahora mismo pienso en unas palabras que solía decir Ray Manzarek en sus entrevistas cuando le preguntaban, sobre que creía el que hacia la musica de los Doors tan popular. El siempre contestaba algo así ( no se las palabras exactas ): creo que nuestra musica llega directamente al subconsciente ( o al inconsciente no estoy seguro ) te atrapa directamente, es así!. Jajaja, vosotros los artistas despertáis las consciencias , aunque sea desde el tratar el inconsciente o subconsciente, del espectador o publico. Para el poder un peligro.
Simon Zabell says:
nov 10, 2013
Visto así es verdad que el arte es un peligro Sebastián
aunque pocas veces, y sobre todo en el caso de la música, tiene capacidad para expresar ideas concretas. A mi al menos no me salen… Todo demasiado resbaladizo para ser amenazante…
Sebastián Saavedra says:
nov 10, 2013
Bueno en los 60 el mensaje fue bastante concreto y bueno, pero con marihuana y LSD fue imposible, jejeje.en fin si que es difícil trasladar ese mensaje de cambio a la gente. Aunque, de todos modos doy las gracias a que hay gente infatigable ( como los artistas en todas sus formas )que sigue tratando de transformar las cosas, no me imagino cuán terrible si ni siquiera fuese así!!!!